El chico de al lado por Shorby

Portada de EL CHICO DE AL LADO

De vez en cuando me apetece leer algo de chick-lit, suelen ser novelas algo predecibles, pero nos dan momentos graciosos y sabes que tienes una lectura ligera asegurada.

En esta ocasión, tiré por Meg Cabot.

Me encantó descubrir que la historia estaba contada a base de mails (es decir: es epistolar; es decir: que por mi parte, ya estaría), con nuestra protagonista, Mel, trabajando en un periódico escribiendo cotilleos famosiles.

Se da un intercambio de mails de lo más variopinto entre la gente de la redacción -que un salseo en el trabajo siempre da vidilla al día a día-, donde además trabaja una amiga de Mel.

Por otro lado, la vecina de la chica, una anciana, se golpea la cabeza y se queda ko, por lo que debe estar ingresada en coma mientras sus mascotas se encuentran solas en casa… por supuesto Mel se hace cargo de ellas. Cuando busca a algún familiar de esta mujer, sólo da con un sobrino que resulta ser un fotógrafo de moda de gran prestigio y un gilipollas redomado, muy ocupado de alimentar su ego con súper modelos mononeuronales. Como pasa kilo de ir a cuidar al perrete y los gatos de su tía, le pide el favor a un amigo de la adolescencia para que se haga pasar por él.

Y ya está.

Obviamente el amigo John está como un queso y cuando Mel lo ve… empieza la chicha de la novela. Sí, es una americanada.

En realidad es una historia bastante simple, pero súper divertida y efectiva, engancha desde el principio y resulta muy entretenida, por lo que cumple su cometido más que de sobra.

Tenemos unos cuantos personajes a los que vamos conociendo a medida que avanza la novela, se van intercambiando mails y se va liando parda; se juntan también tramas personales y familiares de algunos de ellos, que quedan realmente bien y hacen la lectura todavía más dinámica.

Si es cierto que el final quizá se queda un poco precipitado en cuanto a cómo está resuelto, pero calibrando la novela, es que el final es lo de menos: los tejemanejes que se crean todo el tiempo es lo que te mantiene pegado a la novela, los personajes secundarios, la subtrama de suspense –que sin volarnos la cabeza, le da otro punto a sumar en la lista-, las conversaciones de John con el fotógrafo, esa protagonista a la que le gusta más un cotilleo que a un tonto un lápiz pero que en realidad es una flipada de los sucesos y las catástrofes meteorológicas.

Todo ello hace un conjunto de piezas que encajan fenomenal.

Me ha gustado mucho, espero volver a leer a la autora pronto.

Escrita hace 31 días · 0 votos · @Shorby le ha puesto un 7 ·

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